¿CÓMO DESCUBRIR SI MI HIJO FUMA PORROS?
El consumo de drogas en los adolescentes constituye en la actualidad un problema de salud pública debido al elevado consumo de algunas sustancias, al creciente aumento de otras, como el cannabis y la cocaína, al inicio en edades muy precoces y a las consecuencias físicas, psicológicas y sociales para la vida actual y futura del joven.
Durante la adolescencia es necesario tener presente los comportamientos de riesgo a los que se exponen los adolescentes, así como los factores de riesgo y de protección, ya que el consumo de drogas es un fenómeno complejo y multifactorial. Entre los factores de riesgo para iniciarse en el consumo de sustancias encontramos
- El sexo varón se asocia a un mayor riesgo de abuso de drogas.
- Efectos hormonales: los adolescentes con altos niveles de andrógenos pueden ser más agresivos y comprometerse en conductas de riesgo.
- Predisposición genética: los hijos de alcohólicos tiene mayor probabilidad de abuso de alcohol que los hijos de no alcohólicos.
- Edad: el inicio del consumo de alcohol y marihuana se realiza entre los 15-18 años y sobre los 18 años para otras drogas ilegales. El inicio del uso de drogas antes de los 15 años aumenta el riesgo de abuso para el futuro.
- El riesgo para el inicio de uso de todas las drogas disminuye a partir de los 20 años.
- Inicio asincrónico de la pubertad: las mujeres con desarrollo temprano y los varones con desarrollo retrasado tienen una más baja autoestima y más riesgo de conductas de
- La adolescencia debido a los cambios que se producen, constituye, en sí misma, un período de extrema vulnerabilidad.
- Rasgos temperamentales/caracteriales/psicofisológicos(p.ej., déficit de atención, impulsividad, disfunción del lóbulo frontal)
- Fracaso escolar: dificultades de relación con compañeros o profesores, dificultades en aprendizaje y bajo rendimiento, absentismo escolar.
- Vinculación a grupos marginales.
- Dificultades económicas y/o culturales.
- Acontecimientos vitales estresantes.
Diferentes signos clínicos pueden hacernos sospechar la presencia de un consumo y/o abuso de drogas. La mejor forma de identificar y diagnosticar un trastorno por uso de sustancias es realizar una adecuada historia clínica, así como una exploración detallada, y en ocasiones, también resulta de interés la utilización de determinadas pruebas complementarias.
Entre las señales de alarma, que pueden ayudar a los padres a saber si su hijo/a ha empezado a consumir drogas, se encuentran las siguientes:
- Cambio brusco en el cuidado y aseo personal.
- Trastornos del sueño con insomnio y/o pesadillas y temblores.
- Pérdida de peso o apetito excesivo.
- Disminución del rendimiento escolar o abandono de los estudios.
- Aislamiento físico, tendencia a aislarse en su habitación.
- Disminución de la comunicación verbal y afectiva.
- Empobrecimiento del vocabulario.
- Abandono de aficiones e intereses.
- Cambios bruscos de humor.
- Pérdida de responsabilidad.
Cuando el consumo de sustancias sea evidente, debemos pedir consejo a profesionales especializados en este campo. Como familiar hay una serie de cosas que se pueden hacer y otras que no conviene que se hagan.
Si nos encontramos en esta situación debemos:
- Dialogar y analizar las circunstancias que llevaron al consumo.
- Mantener el autocontrol emocional.
- Ofrecer ayuda pues ve en usted alguien a quien recurrir.
- Mostrarle su afecto por lo que él o ella es, independientemente de lo que haga.
- Intentar dedicarle más tiempo y prestarle más atención.
- Entender que se está ante una persona que tiene problemas y no “ante un problema”.
Debemos evitar:
- Desesperarse.
- Culpar, ni “echarle en cara” todo lo que usted ha hecho por él o por ella.
- Convertirse en su perseguidor/a.
- Criticar de forma continuada y violenta su comportamiento.
- Utilizar el castigo como único recurso para evitar que continúe consumiendo.
- Acosarle continuamente con preguntas, sospechas, acusaciones, pues ello sólo conseguirá que se aleje de usted cada vez más.
Laura Aso Gros
Psicóloga Infanto-Juvenil PSICOAT