TERAPIAS

TRASTORNOS ESPECTRO AUTISTA

TRASTORNOS ESPECTRO AUTISTA

TRASTORNOS DEL ESPECTRO AUTISTA (TEA)

¿Qué son?

El autismo es un trastorno neurológico complejo, ligado a causas genéticas y también a factores ambientales que se manifiesta a lo largo de todo el ciclo vital. Forma parte del grupo de trastornos del desarrollo conocidos como trastornos del espectro autista (TEA). El término TEA se sitúa dentro de un espectro debido a la gran variabilidad de alteraciones que pueden manifestar los individuos afectados. Estas alteraciones se manifiestan de forma diferente en función del grado de afectación, el momento evolutivo y las capacidades de la persona. Tiene una prevalencia de 1 de cada 100 nacimientos y es 4 veces más frecuente en hombres que en mujeres.

El diagnóstico de TEA incluye al colectivo de personas que muestran alteraciones en:

  • Comunicación e interacción social.
  • Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades.
  • Alteraciones sensoriales: híper o hipo sensibilidad a determinados estímulos.
  • Deterioro clínico significativo en el área social, laboral u otras áreas importantes por el funcionamiento habitual.
  • Las alteraciones no se explican mejor por una discapacidad intelectual o retraso global en el desarrollo.

Con la publicación del manual diagnóstico DSM V de la APA (American Psychiatric Association, 2013) los diagnósticos de autismo, síndrome de Asperger y trastorno generalizado del desarrollo quedan englobados bajo la misma categoría de trastornos del espectro autista que se distingue por 3 niveles de severidad: leve, moderado y grave, que se aplican en función del nivel de espaldarazo que necesitan y la dificultad de integración en el contexto.

Las manifestaciones se van presentando de manera gradual y habitualmente se puede formular una sospecha diagnóstica alrededor de los 12-24 meses de edad. El diagnóstico precoz y la intervención temprana son clave por un buen pronóstico del niño.

INTERVENCIÓN

Las principales dimensiones del desarrollo afectadas en los TEA son la dificultad para mostrar una comunicación adecuada y eficaz y la presencia de patrones de comportamiento, actividades o intereses restringidos. A menudo, a las familias les llama la atención la dificultad de su hijo o hija para integrarse en un grupo de iguales, o la forma en la que se expresa, que puede ser monotemática y, en ocasiones, con un tono de voz y una forma de hablar peculiar (tono elevado, velocidad, entonación plana…). Desgraciadamente, muchos casos de autismo se detectan a partir de los 3 años o más tarde pero se han hecho esfuerzos para poder formular un diagnóstico precoz y aplicar la atención temprana a cualquier niño con problemas en su desarrollo.

La intervención psico-educativa tiene como objetivos:

  • Mejorar las competencias de comunicación y lenguaje.
  • Estimular el juego y la interacción social.
  • Mejorar la autonomía.
  • Mejorar los aprendizajes académicos.
  • Ayudar a los padres a comprender el desarrollo de sus hijos.

Se plantea una intervención adaptada a los objetivos individuales del niño y tiene una periodicidad variable en función de las características del niño o niña y su familia. Siempre que es posible, se procura trabajar en el contexto natural del niño (casa y escuela), fomentando la participación activa de la familia, tanto a la hora de plantear los objetivos como durando el desarrollo de la intervención.

EVALUACIÓN Y DIAGNÓSTICO

La finalidad de este servicio es realizar una evaluación psicológica a aquellas personas que, bien derivadas de otro servicio o bien por iniciativa propia o de su familia, presenten características compatibles con alteraciones del desarrollo. Las tareas del servicio se basan en:

  • Recogida exhaustiva de información de las familias.
  • Análisis de informes previos u otras informaciones como informes escolares.
  • Utilización de instrumentos estandarizados para la evaluación y diagnóstico de los TEA o cualquiera otro trastorno del desarrollo. Las pruebas pueden ser específicas para valorar aspectos comunicativos, de lenguaje y de juego del niño (ADOS 2 y ADI-R) o también para valorar las competencias cognitivas y emocionales.
  • Devolución del diagnóstico y orientación a la familia para la intervención en los diferentes ámbitos (familiar, educativo y ocupacional).